Devolver a las instituciones su rol vanguardista
Cuando una administración pública formula su propuesta de valor en materia de emprendimiento, el enfoque es completamente distinto al de cualquier otro actor del ecosistema, pues debe servir a distintos públicos, con sus respectivos propósitos y fines: al Tesoro público o de dónde procedan los recursos habilitados para la promoción y el estímulo del emprendimiento, maximizando el aprovechamiento óptimo de la inversión; a los emprendedores, proponiéndoles el mejor y más resolutivo y eficiente de los programas de emprendimiento posible; a los contribuyentes, haciendo un aprovechamiento óptimo de los recursos públicos; al conjunto de la sociedad, transmitiendo una apuesta firme, consistente, decidida y -sobre todo- de aplicación real y efectiva del emprendimiento; a otras administraciones públicas, dando ejemplo de cómo un programa formativo en emprendimiento puede dar satisfacción efectiva a las distintas partes involucradas; y, por último, al ecosistema emprendedor, haciendo posible que iniciativas que han recibido acompañamiento público no se ‘pierdan’, y pasen a formar parte de un entorno colaborativo global, como el que sólo puede ofrecer Dreamland.
Administraciones públicas y emprendimiento
Cuenta tenida de las particularidades de las distintas instancias de las administraciones públicas, sus públicos y sus respectivos propósitos y fines, Dreamland está en disposición de aportar valor de muy diversas formas:
- Capacidad para generar y gestionar distintos programas de formación en emprendimiento, ajustados a los recursos, preferencias y necesidades particulares de cualquier instancia pública.
- Soluciones integrales, llave en mano -a medida- y de calidad óptima a precios muy razonables (somos a los que nos subcontratan empresas de formación y consultoría, cuya única propuesta de valor es poner en contacto a los proveedores de conocimiento con las instituciones públicas).
- Aportación de todos los elementos precisos para conceptualizar, desarrollar y poner en marcha todo tipo de programas de emprendimiento: mentoring, formación, marketing digital y redes sociales, coaching, desarrollo de software, networking, divulgación, conocimiento, inversión y talento…
- Un equipo multidisciplinar, con un conocimiento profundo y exhaustivo del ecosistema emprendedor, con un expertise contrastado y demostrable.
- Conocimiento y experiencia, profunda y exhaustiva, de los recursos, herramientas, aplicaciones y prácticas precisas para conducir o guiar cualquier acción de emprendimiento a su máximo potencial.
- Networking sobre la base del concepto de innovación abierta; es decir: sugerencia de aprovechamiento de sinergias -en función de diversos criterios- con otros muchos proyectos de emprendimiento de particulares, empresas, ONGs e instituciones públicas y privadas con que trabaja Dreamland.
- Facilitación para la solicitud y/o gestión de ayudas y subvenciones que contribuyan a aligerar la presión de caja, o los gastos iniciales, o de explotación o relacionados con inversiones en desarrollos futuros de los emprendedores.
- Acceso directo a los resortes, entornos y foros para la obtención de financiación de terceros para proyectos beneficiarios de programas de emprendimiento institucionales.
- Vinculación con programas de acción social que involucren a los emprendedores con organizaciones con cuyos fines sociales pudieran identificarse y enriquecerse mutuamente.
- Organización de charlas temáticas impartidas por expertos reconocidos, que fomenten el valor del conocimiento y empoderen a los emprendedores.
Nuestra propuesta única (y especial)
Como tal, no ofrecemos ningún tipo de programa cerrado o preconcebido. Conscientes de que cada Administración o instancia administrativa atiende al menos a las seis variables antes descritas, en Dreamland apostamos por una vía distinta: la llave en mano. Es decir: aproximarnos y ajustarnos de forma profesional, asertiva y honesta a la realidad de cada uno de nuestros interlocutores.
Hay cinco aspectos fundamentales que concurren en el momento en el que una Administración pública decide lanzar una iniciativa de emprendimiento propia: recursos, alcance (geográfico y/o demográfico), públicos receptores (beneficiarios), desarrollo del programa y retorno. De forma gráfica:
Estos cinco aspectos fundamentales o estadios (al final, no dejan de ser secuenciales en su ejecución) de un proyecto de emprendimiento público, se podrían resumir de la siguiente manera:
Recursos. Todo aquello que implica una aportación monetaria (coste de contratación de una consultora que genere y gestione el programa, costes de promoción, gala institucional, recompensas pecuniarias a las iniciativas galardonadas, etc.) y no monetaria (personal dedicado, cesión de locales de trabajo, visibilidad en medios de comunicación y/o RR.SS., etc.).
Alcance. Puede ser geográfico (todo aquel residente en un determinado territorio), o demográfico (quienes dentro de ese territorio respondan a determinados colectivos y/o criterios selectivos).
Públicos. Los públicos serían los beneficiarios del programa, que podrían (o no) estar empadronados en el territorio que lanza el programa de emprendimiento, y éste podría responder -por ejemplo- a criterios tales como creación de empleo, empleo juvenil, sostenibilidad, integración e inmigración, discriminación por género, exclusión social, familias sin ingresos, etc. Habitualmente, más que considerar criterios excluyentes (no se trata de descartar a todo el que no cumpla con todos los requisitos), se plantea un sistema de valoración por puntos, de forma que la suma de los criterios premie a quien más pueda merecerlo y/o necesitarlo.
PROGRAMA. En este punto sobra (casi) toda explicación. En el apartado anterior se aportan argumentos de peso de por qué contar con Dreamland es una garantía de éxito.
Retorno. El retorno de cualquier acción de estas características tiene medidas o métricas muy distintas, aunque siempre responde a percepciones, más allá de aquellas que la Administración de turno tenga por obligación (todo el dinero público debe justificarse de forma exquisita). Dejando de la lado esta contingencia evidente, cualquier administración, institución, organismo y/o agencia pública persigue un retorno inmaterial en forma de reconocimiento, difusión e incluso caso ejemplificador para terceras instituciones públicas.